¿Por qué Cabrera es el lugar ideal para invertir en una propiedad?
Cabrera es un parque nacional impresionante y una reserva marina muy conocida; es el lugar ideal para ver la flora, la fauna y la vida marina propias del Mediterráneo.
Cabrera no es una isla independiente, sino que es un auténtico archipiélago, aunque de tamaño muy reducido (la superficie total es de dieciséis kilómetros cuadrados). Está formado por diecinueve islas mayores y un conjunto de islotes pequeños y se encuentra a diez kilómetros de la costa sur de Mallorca.
En los siglos XIII y XIV, el puerto natural de Cabrera sirvió a los piratas berberiscos como base para atacar la costa de Mallorca. Por ello, se construyó una fortaleza en una colina cercana a la orilla, que tuvo una función defensiva durante varios siglos. Una vez, los guardias de la fortaleza, al ver que se aproximaba un barco pirata, lanzaron fuego para avisar a los guardias de la costa sur de Mallorca. Ellos, a su vez, retransmitieron la señal a toda la isla. En 1809, cuando Napoleón fue derrotado en Bailén, esta fortaleza pasó a ser una prisión para los soldados franceses que pasaron allí unos cinco años. En la actualidad, lo único que nos queda de este episodio histórico es un monolito de piedra.
La Cabrera: qué ver
Cabrera es una isla casi desierta, y solo en verano salen barcos desde Mallorca para hacer excursiones de un día. Tiene uno de los mejores ecosistemas del mundo y su naturaleza virgen impresiona a cualquiera con su gran riqueza de flora y fauna. Hay más de 450 especies de plantas, 200 de peces y unas 150 de aves. La pesca deportiva, la caza e incluso la recogida de plantas y minerales están estrictamente prohibidas. El buceo está permitido, pero está limitado, y la licencia autoriza las visitas de un día.
Se pueden hacer muchas cosas en la isla: bucear (si la isla te parece impresionante fuera del agua, lo será aún más bajo ella), dar una vuelta por la isla y subir al castillo, o ver el monumento dedicado a las fuerzas francesas. O, directamente, puedes tomar el sol y disfrutar del ambiente privado y tranquilo junto con las vistas panorámicas.
Desde 1991, la isla de Cabrera y sus islotes adyacentes recibieron el reconocimiento de Parque Nacional. El parque, con una superficie total de cien kilómetros cuadrados, se compone principalmente de agua, pero el transporte por esta vía está limitado. Los barcos solo pueden anclar en el puerto. Las excursiones a la isla son bastante escasas, pero si se consigue el permiso, hay que visitar la Cueva Azul, cerca de la bahía de Gandulf, junto al puerto. El juego de los rayos de sol y los reflejos del agua en las paredes interiores de la cueva crean una atmósfera increíble.
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