A la hora de comprar o vender un inmueble, las características de una propiedad desempeñan un papel fundamental a la hora de determinar su atractivo, valor y demanda general. Los compradores tienen distintas necesidades y preferencias, y los vendedores deben analizar cuidadosamente cómo influyen las distintas características en la competitividad de su propiedad en el mercado. Desde los atributos estructurales hasta las cualidades de ubicación, cada detalle puede acelerar o dificultar el proceso de compra o venta.
Este artículo explora cómo influyen en el proceso de transacción inmobiliaria determinadas características del inmueble, como el suelo y la orientación, los espacios exteriores, el estado del mobiliario y la eficiencia energética, entre otras.
1. Planta y orientación
El nivel del suelo de una propiedad y su orientación pueden afectar significativamente a su atractivo, especialmente en entornos urbanos. Las propiedades situadas en plantas altas suelen atraer a los compradores porque suelen ofrecer mejores vistas, mayor privacidad y menor exposición al ruido de la calle. Sin embargo, esta ventaja puede disminuir si el edificio carece de ascensor, lo que dificulta la accesibilidad a familias, personas mayores o con problemas de movilidad.
La orientación es igualmente crucial. Las viviendas orientadas al sur o al suroeste, por ejemplo, suelen beneficiarse de una amplia luz natural, que no solo mejora la experiencia vital, sino que también puede suponer un ahorro de energía. Por el contrario, las viviendas mal orientadas que permanecen a la sombra durante gran parte del día pueden tener dificultades para atraer el interés, sobre todo en regiones con climas más fríos.
2. Vista
Las vistas y la orientación de un inmueble también influyen directamente en su atractivo y, a menudo, en su precio. Los pisos con vistas panorámicas a parques, al mar o al perfil de la ciudad son más atractivos que los que dan a zonas industriales, aparcamientos u otros edificios.
Otra cuestión es que una vista despejada suele ser más valorada por los compradores potenciales que las ventanas que dan directamente a otro edificio, por ejemplo, ya que tener una vista amplia añade sensación de amplitud al espacio.
3. Mobiliario y estado del alquiler
El estado y el mobiliario de un inmueble pueden acelerar o retrasar su venta. Las viviendas totalmente amuebladas suelen atraer a compradores que buscan una opción lista para entrar a vivir, como expatriados o inversores que adquieren alquileres de corta duración. Un mobiliario moderno y en buen estado puede incluso aumentar el valor percibido del inmueble.
El estado de alquiler de una propiedad también influye en la transacción. Aunque una propiedad ocupada puede generar ingresos inmediatos por alquiler para los inversores, puede desanimar a los compradores que pretendan utilizarla como residencia principal. Los vendedores deben evaluar su mercado objetivo y comunicar con transparencia las condiciones de ocupación para evitar malentendidos.
4. Calificación energética
La eficiencia energética es cada vez más importante para los compradores. Los inmuebles con una calificación energética más alta no solo son respetuosos con el medio ambiente, sino también rentables. Un buen certificado de eficiencia energética refleja un menor consumo de energía, lo que se traduce en una reducción de las facturas de los servicios públicos, así como en un mayor confort térmico cuando se vive en un espacio.
Gobiernos de toda Europa y otras regiones han implantado normativas que exigen certificados energéticos en la venta de inmuebles. Los compradores ven estas calificaciones como un indicador de asequibilidad a largo plazo, lo que facilita la venta de viviendas con una alta eficiencia energética. Los inmuebles con mala calificación pueden tardar más en venderse, a menos que los vendedores ofrezcan incentivos o inviertan en mejoras para ahorrar energía.
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5. Balcón, jardín o terraza
Los espacios al aire libre se han convertido en una característica muy buscada, sobre todo después de la pandemia. Las propiedades con balcones, terrazas o jardines privados ofrecen a los compradores un espacio para relajarse, cultivar un huerto o socializar.
Los compradores suelen considerar las zonas exteriores como una extensión de la vivienda. Un jardín bien cuidado o una terraza espaciosa pueden aumentar sustancialmente el valor percibido y la competitividad de una propiedad.
6. Garaje o plaza de aparcamiento designada
El aparcamiento es un factor esencial para muchos compradores, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas donde el aparcamiento en la calle es limitado o caro. Las propiedades con un garaje o una plaza de aparcamiento designada pueden alcanzar precios más altos y atraer a más compradores, sobre todo a los que tienen familia o varios vehículos.
7. Piscina
Las piscinas suelen considerarse un elemento de lujo que puede aumentar el atractivo de una propiedad. En regiones con climas más cálidos o alta demanda de viviendas vacacionales, tener una piscina puede ser una ventaja significativa.
Sin embargo, las piscinas también pueden disuadir a ciertos compradores debido a las preocupaciones sobre los costes de mantenimiento, la seguridad (en particular para las familias con niños pequeños), y el mantenimiento continuo.
8. Licencia de alquiler
Para los inversores y compradores interesados en alquileres a corto plazo, una propiedad con licencia de alquiler es muy valiosa. Las ciudades con normativas estrictas en materia de alquiler suelen limitar el número de licencias, lo que convierte a las propiedades con permiso en un activo escaso y competitivo.
La presencia de una licencia de alquiler puede agilizar el proceso de compra para los inversores, ya que elimina los obstáculos burocráticos necesarios para obtener la aprobación.
9. Ascensor
El ascensor es un elemento clave en los edificios residenciales de varias plantas, sobre todo en las ciudades donde las limitaciones de espacio obligan a construir en vertical. Los compradores, especialmente las personas mayores o las familias con niños, consideran que el ascensor es una comodidad innegociable.
Los inmuebles situados en plantas altas sin ascensor suelen tener menos demanda y plazos de venta más largos. Los vendedores de estos inmuebles pueden tener que ajustar los precios para compensar esta limitación.
Lo contrario también es cierto: como en muchas ciudades antiguas de Europa hay edificios sin ascensor, los que disponen de uno son valorados al instante por los compradores.
10. Almacenamiento
El espacio de almacenamiento es un factor que a menudo se pasa por alto, pero que resulta crucial en el proceso de compra. Las propiedades con zonas dedicadas al almacenamiento, como sótanos, áticos o trasteros, atraen a los compradores que necesitan espacio extra para guardar artículos de temporada, equipamiento deportivo o enseres domésticos.
Los vendedores pueden aumentar el atractivo de las propiedades más pequeñas, mostrando de forma creativa soluciones de almacenamiento para destacar el uso eficiente del espacio.
Cada característica de un inmueble -ya sea estructural, funcional o de ubicación- puede influir significativamente en su comerciabilidad, su valor y la rapidez de la transacción. Al comprender cómo afectan estos factores al proceso de compraventa, los agentes del mercado inmobiliario pueden realizar las transacciones de forma más eficiente y obtener mejores resultados.
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